Si está leyendo este texto, es porque seguramente se encuentra dentro del grupo de personas que desean reparar esa antiestética y poco saludable curvatura que tienen sus piernas,
y hasta ahora no ha podido solucionarlo.
Yo sé cómo se siente, porque también sufrí las consecuencias de tener piernas fuera de lo normal.
Quizás pueda identificarse con alguna de las situaciones que yo he vivido durante muchos años de mi vida...
He pasado mucha vergüenza, por ser el centro de las miradas (también de las burlas) en casi todos los lugares a los que asistía...
Me he "disfrazado", usando una gran cantidad de ropa para tratar de ocultar las imperfecciones de mis piernas.
Como pantalones muy anchos y amplios vestidos pasados de moda...
He evitado toda clase de evento social, y en el caso de tener que asistir, trataba de permanecer sentada todo el tiempo...
He evitado el contacto con personas del sexo opuesto, incluso con personas que estaban interesadas en mí, por miedo a una vergonzosa situación íntima...
Me he observado durante años en el espejo, viéndome horrible con mis piernas torcidas, llegando a sentir envidia de otras mujeres...
He gastado cientos, e incluso miles de dólares, en tratamientos y sistemas que nunca dieron resultado...
Y muchas, muchísimas otras situaciones que llegaron a destruir mi autoestima, y me llevaron a un mundo de depresión y lágrimas.
Pero hoy Tengo Muy Buenas Noticias para darle.
Porque si se identificada con cualquiera de los puntos anteriores, lo que va a leer en este sitio web puede ser lo más importante que haya leído en toda su vida.
La cantidad de personas que sufren por este problema es mayor a lo que usted puede imaginarse, y hoy quiero llevarle tranquilidad, porque su situación puede revertirse.
Ha llegado el momento de decirle adiós al problema de sus piernas!
¿Desea saber cómo resolverlo? Yo le indicaré paso a paso cuál es el camino!
Solo deberá prestarme atención durante los próximos 3 minutos.
Déjeme comentarle unas palabras sobre la patología que está viviendo...
Seguramente usted ya lo sabe, pero las piernas ideales deberían ser similares a esta imagen. Donde teniendo las piernas estiradas (sin curvatura), las rodillas y los tobillos se tocan cuando la persona se pone de pie.
Unas piernas saludables y rectas, deben formar cuatro ventanas, entre el pie y el tobillo, por encima del tobillo, debajo de la rodilla, y por encima de la rodilla, en el sector inferior de los muslos.
En contraposición a esto, existen deformaciones, que son las que yo le ayudaré a eliminar...
El Genu Varo, también llamado piernas arqueadas o tibia vara, es la curvatura hacía afuera de las piernas en relación con el muslo, dando la apariencia de un arco.
Esta condición, es considerada normal en niños menores a 3 años de edad, pero en niños mayores, si no es tratada correctamente, puede resultar en una deformación física a causa del crecimiento de los huesos. Este problema, genera una curvatura en forma de letra "O", y cuando la persona se encuentra parada, las rodillas se separan, y solo los tobillos de tocan.
También puede encontrarse lo que se denomina falsa curvatura.
Esta deformación se observa como una curvatura muy visible, y se produce por una mala distribución del tejido muscular.
Como anteriormente le comenté, estos problemas físicos pueden causar un impacto muy grande en nuestra relación con la sociedad, a causa de la vergüenza y la baja en el autoestima que pueden provocar.
No es ninguna novedad, esta deformación, como cualquier otra clase de deformación, afecta nuestra vida diaria, tanto de manera física, como social.
Pero además del impacto social, estos problemas pueden generar complicaciones en nuestro cuerpo, ya que suman tensión a los huesos y a las articulaciones de las piernas. Y a largo plazo (o no tanto) pueden causar desviaciones de la columna vertebral, problemas en la locomoción, pie plano, osteoartrosis y gonartrosis.
En la actualidad, la medicina, con los grandes avances de la tecnología, es capaz de resolver mediante cirugías algunos de los problemas de los que hablamos. Es más, es capaz de solucionar casi cualquier defecto estético de una persona. Pero existen dos grandes problemas con estas intervenciones quirúrgicas...
El primer gran inconveniente, es que estas intervenciones quirúrgicas, son realmente duras y peligrosas, ya que trabajan sobre el sistema óseo, articular y muscular. Y potencialmente pueden generar daños irreparables en las piernas.
Básicamente, las cirugías para remediar estas deformaciones, buscan romper las piernas, para que luego se curen y suelden en el nuevo ángulo buscado por el cirujano. Y como se debe imaginar, cualquier clase de fractura en el cuerpo genera posteriores repercusiones, como dolores y deformaciones en los huesos.
Pero además esto genera un debilitamiento en los huesos, ya que su crecimiento normal se ve afectado. Incluso existen muchos casos en que las personas operadas han quedado inválidas por mucho tiempo, en algunos casos de por vida!
En los casos en que es necesario la utilización de implantes, se corre el riesgo de que el cuerpo lo rechace. Y aunque no lo crea, esto es algo bastante normal.
Algo menor en relación a lo anterior, pero que también debe tener en cuenta, son las cicatrices que se llevará consigo luego de realizada la operación, y que pueden ser horribles!
Pero sin duda, el aspecto principal que suele alejar a las personas de esta opción es su alto costo y los largos tiempos de rehabilitación necesarios.
Una operación de esta clase suele oscilar entre los 25.000 y 50.000 dólares!
Y para realizar el proceso de rehabilitación, deberá permanecer, como mínimo, unos 3 meses postrado en una cama, con estructuras metálicas en sus piernas. Y luego deberá pasar otros largos meses realizando una lenta rehabilitación...
Todo esto es algo que seguramente puede traerle otras complicaciones, tanto familiares y laborales, como físicas.
Por supuesto que también debe lidiar con las complicaciones que cualquier cirugía puede traer, como infecciones, problemas para regresar de la anestesia y demás.
Y todo este esfuerzo por un resultado incierto, ya que ningún especialista serio puede asegurarle que los resultados que se obtendrán serán positivos.
Con el método que yo le enseñaré, usted no deberá someterse a ninguna clase de peligrosa intervención quirúrgica, ni deberá tener contacto con medicinas peligrosas o de efectos secundarios riesgosos.
Mi nombre es Vanesa Rivera, y no es por casualidad que dediqué toda mi vida al estudio de los problemas de curvatura en las piernas. Actualmente soy médica Osteópata, y me he especializado siempre en los miembros inferiores.
Nací con Genu Varo en mis piernas, como muchas otras niñas y niños, pero en mi caso no mejoró con el paso de los años, como sucede con la mayoría.
Desde muy temprana edad comencé a recibir burlas, apodos y comentarios de mis compañeros de escuela, y también de mis amigos.
Al entrar en la adolescencia, mis padres comenzaron a sospechar que algo no andaba bien conmigo.
Me vestía de manera extraña, comenzaba a no querer frecuentar a mis amigos, rechazaba invitaciones a reuniones sociales, no deseaba volver a vacacionar en lugares con playas o piscinas. Era notorio que tenía muchos problemas en exhibir mi cuerpo!
Fue en ese momento que les conté como sufría por mis piernas en arco.
Sin hacerse esperar consultaron cuanto especialista pudieron localizar, y allí comenzó un largo deambular por consultorios médicos, utilizando plantillas especiales en mis calzados, suplementos dietarios, realizando todo tipo de radiografías, resonancias magnéticas y tomografías.
Luego de cientos de estudios, las conclusiones, en todos los casos fueron más que terminantes. Recomendaban una muy costosa cirugía con la colocación de implantes en las rodillas, algo que llevaría un largo tiempo de rehabilitación, y que debería contar con la colocación de ortesis para fijar la nueva posición de las piernas.
Pero los doctores no podían asegurarnos que los resultados fueran los esperados!
Mis padres y yo nos negamos rotundamente a un tratamiento sumamente costoso, riesgoso, invasivo, doloroso y con un final cuyo éxito no estaba asegurado.
En ese tiempo, recibí muchas opiniones médicas, incluso algunos profesionales me aconsejaban que me “acostumbrara” a la desviación de mis miembros inferiores, ya que muchas personas padecían el mismo mal.
No podía entender cómo tenía que “acostumbrarme” a ser observada como un fenómeno, cómo tenía que habituarme a esconderme, y a considerar que ello fuera absolutamente “normal”.
Pasados unos años, comencé mis estudios de medicina, por supuesto esto no fue una coincidencia, sino que siempre sentí una fuerza interior que me empujaba a buscar una solución a mi situación.
Mientras avanzaba en mis estudios, tomé la decisión de investigar por mi cuenta, ya que estaba segura de que debía existir algo que pudiera mejorar el aspecto y funcionalidad de mis piernas. Y no iba a descansar hasta encontrarlo!
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